Inicio > La vida en el Aquarium > El Centro de cuidados
El Centro de cuidados
El Aquarium de Biarritz juega un papel clave en la salvación de animales en peligro. Gracias a su centro de cuidado especializado, recoge y atiende cada año a focas varadas, ofreciéndoles cuidados y descanso antes de devolverlas a su hábitat natural. Cada año se cuidan entre 2 y 6 focas en este centro.






Las focas grises varadas
Cada invierno, las tormentas sorprenden a las crías de foca, que tienen solo unas semanas de vida. Arrastradas por las corrientes, se encuentran aisladas de sus colonias situadas frente a la costa de Bretaña, Inglaterra o Irlanda.
Agotadas, vienen a descansar en las playas y se marchan si las condiciones meteorológicas y su estado físico lo permiten. No es raro ver a estas pequeñas focas recuperar fuerzas en nuestras playas. Si presentan heridas (frecuentemente mordeduras de perros en la playa) o están demasiado débiles, el Centro de Cuidado del Aquarium de Biarritz las recoge.
Una entrada que también ayuda a cuidar a los animales marinos
UNA PARTE DE SU ENTRADA SE DESTINA A LAS ACCIONES DE PRESERVACIÓN DE LA FAUNA SALVAJE DEL CENTRO DE CUIDADO DEL AQUARIUM DE BIARRITZ
Un cuidado adaptado
Cuando una foca es recogida, se coloca inmediatamente en un espacio dedicado. El equipo, tras dejarle un tiempo de descanso, evalúa su estado de salud manipulándola y pesándola: una cría de foca varada suele pesar solo unos quince kilos, la mitad de lo que pesaba al destetarse.
Los cuidados pueden incluir:
- Tratamiento y sutura de heridas si es necesario (mordeduras de perro, lesiones diversas)
- Desinfección y retirada de hidrocarburos presentes en el pelaje o en los ojos del animal
- Alimentación adaptada según la edad y la capacidad de la foca para alimentarse sola
- Antiparasitarios si las heces presentan gusanos
Las focas se alimentan individualmente según su estado de salud, necesidades y edad. No es raro ver a una cría mamar un trozo de pescado, lo que indica que fue arrastrada antes de haber empezado a alimentarse sola y aún dependía de su madre.


Seguimiento hasta la liberación
Cada semana, los cuidadores pesan a las focas para seguir su progreso. Una vez que su estado general lo permite, están listas para volver al océano.
Tras la validación de la DDPP (Dirección Departamental de Protección de la Población), se les coloca una anilla y un número se marca en su flanco por decoloración (visible hasta la próxima muda), lo que permitirá futuras identificaciones en el océano.
Reducir la interacción con el hombre
Para maximizar sus posibilidades de supervivencia en estado salvaje, los cuidadores reducen al mínimo el contacto con las focas.
El objetivo es evitar cualquier forma de imprinting que pueda comprometer su autonomía una vez liberadas.
